
Dieta cetogénica: qué es y por qué funciona en la epilepsia
No es una dieta para perder peso
A pesar de que muchas personas asocian la dieta cetogénica con pérdida de peso, su origen es clínico. Nació como tratamiento para la epilepsia en niños hace casi un siglo, y sigue siendo una herramienta válida para ese fin.
Usarla con objetivos enfocados a la pérdida de peso, sin supervisión, es un error que puede poner en riesgo la salud. En el caso de la epilepsia, esta dieta requiere controles médicos estrictos, suplementos y ajustes continuos.
Dietoterapia en epilepsia: ¿Cuándo está indicada la dieta keto?
La dieta cetogénica es una intervención terapéutica específica, recomendada cuando:
- El paciente tiene epilepsia farmacorresistente.
- Los efectos secundarios de los fármacos son inaceptables o comprometen la calidad de vida.
- Se desea reducir la dosis de medicación sin aumentar las convulsiones.
- El paciente es pediátrico y se busca minimizar el impacto neurológico de crisis continuas.
Esta dietoterapia se aplica siempre con seguimiento multidisciplinar: neurólogo, dietista-nutricionista clínico, pediatra (en caso infantil), y, si es necesario, gastroenterólogo.
Existen varias variantes terapéuticas adaptadas a diferentes pacientes:
- Dieta cetogénica clásica (4:1): muy estricta, utilizada en hospitales.
- Dieta Atkins modificada: menos restrictiva, buena opción en adultos.
- Tratamiento de bajo índice glucémico: mantiene cetosis suave con más carbohidratos.
- Dieta con triglicéridos de cadena media: permite mayor flexibilidad.
Todas estas variantes están pensadas como tratamientos dietéticos, no como planes de moda. No son aptas para autoaplicarse sin valoración clínica.
¿Qué dice la evidencia científica sobre la dieta keto en epilepsia?
Numerosos estudios clínicos y revisiones sistemáticas han confirmado que la dieta cetogénica:
- Reduce la frecuencia de convulsiones en niños y adultos con epilepsia farmacorresistente.
- Puede lograr remisión completa en algunos pacientes.
- Mejora el estado de ánimo, la función cognitiva y la calidad de vida.
- En niños, favorece un mejor desarrollo neurológico cuando se aplica de forma precoz.
- Reduce hospitalizaciones y visitas a urgencias.
Efectos secundarios y riesgos
Cuando se usa como dieta “para perder peso” sin motivo médico ni supervisión, la dieta cetogénica puede provocar:
- Fatiga extrema
- Pérdida de masa muscular
- Trastornos gastrointestinales
- Alteraciones hormonales
- Déficits de micronutrientes (hierro, calcio, magnesio, etc.)
- Aumento del colesterol o triglicéridos
En epilepsia, estos riesgos se controlan con evaluaciones periódicas, suplementación y ajustes personalizados. Pero cuando se sigue sin indicación profesional, puede perjudicar más que ayudar.
Poblaciones en las que se aplica la dieta keto con más éxito
- Niños con epilepsia refractaria: el grupo más estudiado, con evidencias sólidas de eficacia.
- Adultos con epilepsia resistente: cada vez más estudios muestran eficacia, aunque con mayor reto en adherencia.
- Lactantes: en centros especializados, puede iniciarse incluso en edades tempranas si hay crisis graves.
En todos los casos, la adherencia es clave, y la educación familiar y del paciente es fundamental.
Futuro y conclusiones
La dieta cetogénica es una herramienta terapéutica potente dentro del abordaje nutricional de la epilepsia. No sustituye los tratamientos farmacológicos, pero puede complementarlos y mejorar la calidad de vida de quienes no responden a los medicamentos.
Sin embargo, no debe confundirse con una dieta para adelgazar ni aplicarse de forma libre. No es apta para todos los pacientes y conlleva riesgos si no está bien controlada.
Si quieres intentarlo, consulta siempre con un neurólogo y nutricionista clínico especializado. No apliques nunca esta dieta por tu cuenta. Pues, no es una solución rápida ni una moda. Es un tratamiento.




