Los mejores quesos si quieres adelgazar
El queso es un alimento delicioso para muchas personas, y además muy interesante desde el punto de vista nutricional. Sin embargo, tiende a asociarse como un alimento con alto contenido de grasa y calorías, por lo que para muchos pasa a ser un alimento a evitar cuando se intenta perder peso. ¿Qué hay de realidad en todo esto? Descubre cuáles son las opciones más interesantes y aprende a incluirlo en tu alimentación a la vez que pierdes grasa.

A la hora de adelgazar, es fácil caer en el error de prescindir de determinados alimentos. Uno de estos son los quesos. Y, si bien es cierto que algunas variedades presentan una cantidad significativa de grasas y calorías, también tienen cabida dentro de un plan enfocado a perder grasa. ¿La clave? Saber identificar las diferentes variedades y aprender a incluirlas en tus platos para mantener un déficit calórico. Que es lo que realmente importa a la hora de adelgazar (perder grasa corporal).

Interés nutricional del queso

El queso es un alimento rico en nutrientes, especialmente destaca por su contenido en proteínas de alta calidad y su aporte de calcio, esencial para la salud ósea. Como hemos comentado antes, la concentración de grasas varía según el tipo, siendo las variedades curadas más ricas en grasas y calorías. Mientras que los quesos frescos suelen tener menor contenido calórico. Además, aporta vitaminas como la A y el grupo B, entre ellas la B12, importante para el sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos. Desde un punto de vista nutricional, el queso es una fuente importante de proteínas y nutrientes, que puede formar parte dentro de una alimentación saludable y equilibrada. Además, tiene un perfil de fermentación que favorece la salud intestinal, aportando probióticos en sus variedades no pasteurizadas. 

Quesos que ayudan a adelgazar

Por un lado tenemos los quesos magros, los cuales presentan un menor aporte calórico y de grasas saturadas; mientras que los quesos curados, al contrario.

De menor a mayor aporte calórico, y por tanto, de menor a mayor contenido de grasas saturadas, podemos ordenar los quesos de la siguiente forma:

  1. Queso tipo burgos desnatado
  2. Queso batido desnatado
  3. Queso cottage
  4. Queso fresco de cabra bajo en grasas
  5. Queso untable light
  6. Mozzarella light 
  7. Requesón 
  8. Queso fresco tipo burgos 
  9. Queso fresco de vaca 
  10. Ricotta
  11. Mozzarella 
  12. Queso fresco de cabra 
  13. Queso feta 
  14. Rulo de cabra
  15. Mascarpone 
  16. Queso semicurado light 
  17. Queso semicurado 
  18. Queso de oveja curado


Lo recomendable es tratar de priorizar, en el día a día, los quesos numerados del 1 al 8, ya que su aporte en grasas saturadas es menor. Sin embargo, hasta el queso fresco de cabra (12), si se toma en porciones reducidas, no deben de suponer ningún problema en cuanto a exceso calórico, pudiéndose consumir a diario cuando el objetivo es adelgazar. Eso sí, depende de cómo se consuman. Pues, no es lo mismo emplear un poco de queso curado en una ensalada o para gratinar unas berenjenas rellenas, que consumirlo a modo de aperitivo como tapa en forma de cuñas. De esta última forma es mucho más sencillo excedernos en la cantidad y, por tanto, en las calorías.

Los quesos con mayor aporte de grasas y calorías, es recomendable consumirlos junto con otros alimentos para así controlar la porción. Por ejemplo, unos trocitos de rulo de cabra dentro de una ensalada con base de hoja verde, tomate, pechuga de pollo y nueces. Mientras que aquellos que contienen un menor aporte en grasas, los magros, pueden formar parte en mayor proporción de otras preparaciones. Por ejemplo, un par de cucharadas de queso cottage en unas tostadas integrales con tomate y aguacate, o una taza de queso fresco batido con arándanos y almendras.

¿Cómo incluir los diferentes tipos de quesos en una pérdida de grasa? 

  • Queso tipo Burgos desnatado: ideal para incluir en ensaladas donde se icnluyan frutas. Por ejemplo, ensalada de brotes tiernos, queso burgos desnatado, uvas y nueces. 
  • Queso batido desnatado: similar al yogur, y con un sabor ligeramente ácido, es perfecto para postres, batidos, o como base para salsas saludables. Por ejemplo, una merienda de queso fresco batido, frutos rojos y chocolate 85% cacao. O bien, una salsa de yogur.
  • Queso cottage: de textura tipo granulada, ideal para tostadas con tomate y aceite (o aguacate) y también como rellenos de verduras.
  • Queso fresco de cabra bajo en grasas: va muy bien en ensaladas y tostadas integrales.
  • Queso untable light: con menos grasas que los quesos crema tradicionales, aporta una textura suave y cremosa. Úsalo como sustituto a la nata o para untar en pan integral.
  • Mozzarella (clásica y light): Va bien en ensaladas, pizzas, fajitas al horno o gratinados de verduras.
  • Requesón: muy bajo en grasa y rico en proteínas, con textura granulosa. Ideal para postres saludables, cremas de verduras o como topping de frutas.
  • Queso fresco tipo Burgos y fresco de vaca: perfecto en ensaladas, tostadas con queso, o como snack acompañado de fruta.
  • Ricotta: Suave y ligera, es baja en grasa y aporta proteínas y calcio. Genial para postres, pasta integral y rellenos de verduras.
  • Queso fresco de cabra: Sabor más intenso y moderado en grasas. Ideal en ensaladas, tostadas o como complemento de frutas y mermeladas sin azúcar añadido.
  • Queso feta: queso griego salado, perfecto para ensaladas, platos mediterráneos y como topping en platos calientes.
  • Rulo de cabra: queso cremoso con sabor intenso y alto en grasas. Úsalo en ensaladas.
  • Mascarpone: muy cremoso y con alto contenido de grasas. Ideal para dar cremosidad a salsas y cremas.
  • Queso semicurado: el light tiene menos grasa que los semicurados normales, pero conserva un buen sabor y es fuente de proteínas y calcio. Úsalo en gratinados (rallado) o en pequeños dados en ensaladas.
  • Queso de oveja curado: sabor fuerte y alta en grasas.. Ideal para consumir en pequeñas porciones, como topping en ensaladas y platos de pasta.


Consejos para disfrutar del queso sin excederse en calorías

  • Control de porciones: Aunque el queso puede ser parte de una dieta para perder peso, es importante identificar aquellos con mayor aporte en grasas y calorías para ser conscientes de la frecuencia y la cantidad..
  • Elige variedades bajas en grasa si no tienes en cuenta tanto la cantidad como la frecuencia. El cottage y la mozzarella tienen versiones bajas en grasa que pueden ser útiles para reducir la ingesta calórica y mantener un estado de déficit.
  • Combínalo con vegetales o frutas: Añadir queso a tus platos de verduras o frutas hace que tus comidas sean más saciantes y te ayudan a controlar la porción, evitando excederte en calorías. 
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